Los ultrasonidos proporcionan un masaje en el ámbito celular, lo que favorece el aumento de la permeabilidad de las membranas. La energía mecánica absorbida por los tejidos se transforma en energía térmica ya que el organismo opone una resistencia al movimiento mecánico, por lo que se genera calor. Esto contribuye a la estimulación del metabolismo celular y de la circulación sanguínea, favoreciendo la hiperemia.
Es un método no invasivo e indoloro que rompe las células grasas mediante ondas sonoras de alta frecuencia, rompen el adipocito y promueven la liberación y eliminación de su contenido.
¿Para qué sirve?
En medicina estética los ultrasonidos sirven para combatir las celulitis más dura y la grasa localizada, las estrías, cicatrices, el acné y las varices. Además, mejora el drenaje linfático, ayudando a eliminar líquidos, así como la circulación sanguínea.
Su aplicación se centra en la zona de flancos, piernas, abdomen, glúteos y también en el rostro (papada, cuello). Y es recomendable un mínimo de 3 sesiones para comenzar a ver resultados.